La historia de Koda

Después de perder a nuestra Chi-Winnie, Maxi, de 16 años, a principios de 2018, nos faltaba el perro pequeño de la casa. En marzo, a mi hijo de 13 años le diagnosticaron un trastorno autoinmune grave que requirió numerosas visitas médicas durante el verano. Para animarlo, sentimos que buscar activamente a nuestro próximo bebé peludo le distraería de sus problemas médicos. En julio, encontramos Apricot en Humane Society of North Texas. Su coraje parecía encajar perfectamente en nuestra casa.

¡Koda llegó a casa y encajó como un campeón! No podemos imaginar nuestra casa sin él. Ha adoptado a nuestra Boxer de 2 años, Luna, como su mamá peluda. Se aman absolutamente y por eso estamos bendecidos.

Como consejero, nuestro objetivo es convertir a Koda en un perro de terapia para que pueda hablar con su madre humana en el trabajo. Él ya viajó a mi campus durante el verano para compartir su amor de cachorro con mis compañeros de trabajo. A todo el mundo le encanta verlo y solicitan a menudo sus visitas.

Estamos agradecidos de que la Humane Society of North Texas haya traído a Koda a nuestras vidas. Estamos completos.